Conoce a Austin Teague, recién graduado de la GAF Roofing Academy, quien nos cuenta su proceso de transformación del campo de juego al mundo de los techos. Antes de unirse a la GAF Roofing Academy, Austin practicaba deportes y trabajaba en atención al cliente, pero no tenía la experiencia necesaria para entrar a la industria del techado. Tras graduarse de la GAF Roofing Academy, se le abrieron oportunidades laborables muy bien pagadas: primero como instalador y, más adelante, como vendedor. Hoy en día, avanza firme hacia sus metas financieras.
Asistir al programa de dos semanas fue una decisión que le cambió la vida a Austin y le dio las herramientas y la confianza necesarias para salir adelante. No solo lo preparó con los conocimientos técnicos, sino que también le enseñó a comunicarse de manera eficaz con los clientes. Escucha su historia y descubre cómo encontró rumbo y claridad en su vida profesional para crecer en la industria y construir un futuro exitoso para él y su familia.
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Transcripción del video
Mi nombre es Austin Teague. Nací en Tyler, Texas. Me mudé a Washington cuando tenía diez años. Antes de entrar a la GAF Roofing Academy y poner a prueba mis habilidades, mi vida era el deporte, puro deporte. Todo giraba en torno a eso. Trabajaba en atención al cliente. Estaba en el sector minorista. Trabajaba en Walgreens, pero mi vida personal era muy agitada. Todo era práctica de fútbol, de béisbol. Siempre estaba ocupado.
Siempre había algo que hacer. Todo lo relacionado con los techos comenzó para mí después de pasar por la Roofing Academy. Cuando intenté ingresar en la industria de techado antes de asistir a la academia, nadie me quería contratar porque no tenía experiencia. Tendrían que capacitar a todos en el trabajo. Pero gracias a la Roofing Academy, gracias a que desde el primer día sabía qué hacer, conocía cuál era mi trabajo. No tuve ningún problema porque ya sabía cómo iba a ser presentarme desde el día uno.
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Me entregaron un certificado de GAF con mi nombre, el lugar donde recibí la capacitación y la fecha en que me gradué. Y lo que hice fue llevarlo a cada solicitud de empleo o entrevista a la que iba porque quería que supieran que tenía ese certificado. No solo decía que lo tenía, también lo mostraba para que lo vieran.
Después de salir de la academia, conseguí un trabajo como instalador y ganaba 28 por hora, que es una buena cantidad para poder vivir, cubrir gastos y hacer pagos. Luego de eso, subí a 32 por hora cuando trabajaba en Nuevo México. Ahora que estoy en ventas, trabajo solamente por comisión. Pero este mes, estoy en camino de ganar 20,000. En Tristate, nuestra meta es educar directamente al cliente. Así que, haber pasado por la Roofing Academy me permitió conocer el techado como la palma de mi mano. Ya sea como instalador, como vendedor o incluso como propietario, tienes que entender el valor de los sistemas. Y eso me ayudó a poder crear ese valor, de hecho, explicarlo a los clientes. ¿De dónde sale este número? Bueno, viene de este material, porque sí, el material cuesta más, pero también es claramente mejor.
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Creo que para alguien que llega a la Roofing Academy sin experiencia, le ayudará a prepararse para un futuro exitoso. Y eso es lo que uno quiere. Prepararse para un futuro exitoso. Quieres tener tantas herramientas como puedas bajo la manga para llegar a donde quieres estar en la vida. Asistir a Roofing Academy cambió mi vida drásticamente. Yo no sabía qué iba a hacer. De verdad, no tenía idea. Si el techado no era el camino para mí... ¿Cuál era el próximo plan?
Estaba muy agradecido. Un día estaba en Indeed buscando trabajo y vi una publicación de la Roofing Academy buscando estudiantes para la academia. Y pensé: ¿por qué no? ¿Qué son dos semanas de mi vida que puedo cambiar? Si tengo la oportunidad de cambiarla y esas dos semanas me cambiaron la vida. No fue tiempo perdido. Estás aquí de nueve a tres, o hasta las cuatro como mucho, tomando tus clases.
Estás rodeado de personas con las que realmente disfrutas estar. Los chicos de mi clase, o incluso los de la clase de hoy, son divertidos. Todos pueden cometer errores y aprender unos de otros. Y eso me hace sentir muy agradecido por haber tenido la oportunidad de crear algo para mí. No soy solo otro más en la calle.
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No sé cómo va a ser mi vida en los próximos seis meses, pero te aseguro que no va a ir más despacio. Voy a trabajar más duro que nunca. Tengo dos hijos. Tengo una motivación. Yo diría que todo el éxito empezó con la Roofing Academy, porque mi vida antes de entrar a la Roofing Academy era como una bola de nieve. Comenzó cuando dejé la universidad, volví a casa y empezó a crecer como una bola de nieve. Todo fue un problema tras otro, tras otro. Facturas por pagar a los 18, endeudado. Con 18 años, sientes que ya podrías estar echando a perder tu vida. Así que tienes que encontrar una salida. Y yo la encontré. Tuve la fortuna de encontrar a GAF y, hasta el día de hoy, me siguen tratando bien. Todavía tengo el número de teléfono de mi instructor de la academia. A veces lo llamo y lo ayudo, y él también me ayuda de vez en cuando.
Seguimos en contacto. Fueron dos semanas de mi vida en las que lo conocí y aun así, él me sigue llamando para ver cómo estoy y me pregunta: ¿Cómo te va con los techos? ¿Sigues en techado? ¿Sigues haciéndote un nombre? ¿Sigues cumpliendo lo que dijiste que ibas a hacer? Y sí, lo estoy haciendo. Es bueno tener a alguien con quien hablar. Incluso si llevas diez años en esta industria, te aseguro que en GAF CARE todavía te van a llamar para saber cómo estás. Eso es lo que hacen.