Incluso los detalles más pequeños influyen en la efectividad e integridad de un techo. Las tejas y los tapajuntas se encuentran entre los materiales para techos más notorios, pero los clavos para techo, a menudo, son pasados por alto, aunque son igual de importantes que otros elementos más evidentes. Y, ya que pueden diferir sustancialmente en cuanto a tamaño, material y largo, usar los clavos equivocados para asegurar determinadas áreas puede ocasionar todo tipo de problemas en el futuro.
Tipos de clavos para techos
Al clavar las tejas, los techadores suelen elegir entre estos cuatro tipos comunes de clavos:
Los clavos para techos y los de vástago anillado son los más utilizados. Los clavos para techos suelen tener vástagos lisos o con anillos individuales para mejorar el agarre en la plataforma base donde se clavan. Los clavos de vástago anillado presentan anillos continuos a lo largo del eje, lo que les otorga una mayor resistencia a la extracción en condiciones de vientos fuertes. Cualquiera de los dos tipos de clavos mantendrá las tejas firmemente sujetas al techo si se instalan según las instrucciones del fabricante. Dicho esto, los clavos de vástago anillado tienen mayor resistencia a la extracción, lo que los hace ideales para zonas de vientos fuertes y, en muchos casos, los códigos locales exigen su uso. Ambos tipos de clavos también ofrecen resistencia y la capacidad de penetrar la plataforma base con facilidad.
Los clavos de cabeza cuadrada y redonda se usan más frecuentemente para la capa base del techo que para las tejas. Las cabezas más grandes proporcionan una mayor capacidad de sujeción que mantiene el material de la capa base en su lugar utilizando menos clavos.
Tipos de materiales para clavos de techo
El material del clavo suele ser tan importante como el tipo:
Acero galvanizado: si bien son menos resistentes a la corrosión que el acero inoxidable, estos clavos son populares porque ofrecen una gran resistencia a la corrosión y al óxido (gracias a su revestimiento de zinc), pero son mucho más económicos. Existen dos tipos principales: galvanizado por inmersión en caliente y electrogalvanizado. El galvanizado por inmersión en caliente es más robusto, ya que el clavo se sumerge en una solución de zinc fundido, lo que crea un revestimiento resistente. El electrogalvanizado combina electricidad con una solución química menos potente para crear un revestimiento de zinc más fino.
Los clavos de cobre para techos son resistentes a la corrosión y pueden durar mucho más que el acero. Sin embargo, suelen ser una opción más costosa. El cobre se usa con mayor frecuencia al instalar materiales para techos duraderos como pizarra y arcilla. Si utilizas tapajuntas de cobre para el techo, lo ideal es usar clavos del mismo material. Sin embargo, los clavos de acero son aceptables, aunque mezclar acero galvanizado con cobre puede causar una reacción galvánica que provoque corrosión en ambos.
Los clavos de acero inoxidable se utilizan principalmente en entornos con alta probabilidad de corrosión, especialmente en zonas costeras.
Los clavos de aluminio no se usan con tanta frecuencia, especialmente en zonas costeras, ya que la niebla salina puede dañarlos y deteriorarlos prematuramente.
Clavos para la capa base, tapajuntas y contratechado
Los diferentes componentes del techo requieren diferentes clavos. Para la capa base, utiliza clavos de cabeza cuadrada para fieltro y de cabeza redonda para materiales sintéticos (ambos tipos pueden tener cabezas de metal o de plástico). Al instalar tapajuntas, puedes optar por los mismos clavos para las tejas, ya que no requieren propiedades especiales. Para tapajuntas y contratechado, generalmente se usan clavos estándar para techos.
Clavado manual o clavadora neumática
Deberás decidir si clavas los clavos manualmente con un martillo o con una clavadora neumática.
El uso de una clavadora neumática es una alternativa mucho más rápida que martillar manualmente. Muchas tejas vienen con garantías que exigen la instalación de al menos cuatro clavos por teja, y algunas requieren hasta seis. Además de las consideraciones de tiempo, usar una clavadora neumática es mucho menos exigente físicamente que usar un martillo.
Dicho esto, una ventaja de usar un martillo es que se tiene un mejor control general sobre la colocación de los clavos. Te puedes asegurar de que un clavo esté bien ajustado y penetre correctamente en la plataforma base, lo que puede ser útil a largo plazo, ya que pueden surgir problemas si se clava demasiado o si no se clavan del todo. Si los clavos se introducen demasiado y atraviesan el material subyacente, pueden generar aberturas en las tejas, reduciendo su resistencia al viento (entre otros problemas). Si los clavos no se introducen completamente en la plataforma, las tejas pueden aflojarse o caerse, y con el tiempo, producir filtraciones de agua.
Tamaño y longitud de los clavos para techos
Normalmente, un clavo para techos mide entre 1 y 2 pulgadas de longitud. Un clavo para techo debe ser lo suficientemente largo como para penetrar la teja y luego la madera contrachapada o la plataforma OSB que se encuentra debajo, al menos 3/4 de pulgada. El grosor del contratechado puede variar, por lo que podrías necesitar clavos más largos según la plataforma utilizada.
Ten en cuenta que algunas partes del techo, como las tejas de caballete y limatesa, y los accesorios de ventilación, como el respiradero de caballete, requieren clavos más largos. Algunas tejas prémium o de lujo también pueden requerir clavos más largos que las tejas estándar de 3 lengüetas, ya que tienden a ser más gruesas (generalmente consisten en dos tiras de tejas fusionadas).
Otro aspecto importante es que se pueden usar clavos de 3/4 de pulgada o 7/8 de pulgada en áreas abiertas del sofito para no penetrar completamente la plataforma. Penetrar completamente la plataforma puede causar que el material subyacente (generalmente madera con acabado) se astille y que el clavo se vea desde el suelo.
La mayoría de los fabricantes recomiendan usar clavos para techos de acero galvanizado o aluminio, calibre 10-12, con vástago dentado, corrugado o liso, y cabezas de 3/8" (10 mm) a 7/16" (12 mm) de diámetro. Los sujetadores deben ser lo suficientemente largos como para penetrar al menos 3/4" (19 mm) en las plataformas de madera o atravesar las plataformas de madera contrachapada. Los sujetadores deben quedar nivelados con la superficie de la teja. Si se introducen demasiado, la teja se dañará. Los sujetadores levantados interferirán con el sellado de las tejas y podrían salirse.
¡Pon en práctica tus conocimientos sobre clavos!
Conocer bien los materiales es útil, pero es solo una parte de la ecuación. Si quieres hacer una capacitación práctica para aplicar tus conocimientos, impartida por algunos de los principales expertos en techos, visita el Centro para el Avance de la Educación en Techos (C.A.R.E., en inglés) para Contratistas de GAF.