Compañías, organizaciones y firmas que trabajan en el espacio de construcción y diseño tienen una oportunidad y responsabilidad únicas. De forma colectiva, contribuimos casi el 40% de emisiones de carbono mundiales relacionadas con la construcción. Si bien los objetivos, compromisos, donaciones y promesas acerca de estos desafíos son un paso en la dirección correcta, ninguna entidad por sí sola puede causar mejoras significativas cuando se trata de este tema intimidante.
Tenemos que unirnos, demostrar un liderazgo fuerte en cuanto al cambio y adoptar enfoques conjuntos para abordar los impactos del entorno construido en el clima. Colectivamente, tenemos una oportunidad única de mejorar las vidas de las personas y hacer cambios positivos y medibles que tengan un impacto en las siguientes áreas:
Edificios, viviendas y paisajes duros
Planificación comunitaria
Comportamiento de los consumidores, comercios y del sector público
El desafío colectivo de reducir nuestra huella de carbono
Según varias fuentes, incluido el U.S. Green Building Council (USGBC), el entorno construido representa el 39 % de las emisiones globales de carbono relacionadas con la energía en todo el mundo. Las emisiones operativas de los edificios constituyen el 28 %, y el 11 % restante proviene de los materiales y la construcción.
Por definición, el carbono incorporado es emitido como resultado de la fabricación, el transporte y la instalación de materiales de construcción, mientras que el carbono operativo generalmente proviene de la calefacción, la refrigeración, el consumo eléctrico y la eliminación de residuos de un edificio. Las emisiones de carbono incorporado se establecen durante la construcción. Este 11 % de carbono que se atribuye a los materiales de construcción y al sector de la construcción es algo que cada empresa podría controlar de forma individual, dependiendo de los procesos de fabricación y la selección de los materiales.
El 28 % más significativo de las emisiones de carbono del entorno construido se produce como resultado del funcionamiento diario de los edificios. Se trata de una dinámica en la que ninguna empresa puede influir por sí sola. Es imprescindible mejorar el rendimiento energético de los edificios nuevos y existentes, ya que representa entre el 60 y el 80 % de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector de la construcción y la edificación. La mejora de las fuentes de energía de los edificios y el aumento de la eficiencia energética del cerramiento y los sistemas operativos de estos son esenciales para el futuro rendimiento económico y en materia de emisiones de carbono.
Por qué es imprescindible reducir nuestras emisiones de carbono hoy
Existen numerosos colectivos que están impulsando la concientización, la comprensión y la acción a nivel gubernamental y organizacional, inspirados en gran medida por el Acuerdo de París, adoptado en la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) en 2015. El Desafío Arquitectura 2030, inspirado en el Acuerdo de París, pretende reducir el impacto climático del carbono en el entorno construido.
Desde la promulgación del Acuerdo de París y el Desafío Arquitectura 2030, han surgido enfoques que plantean una perspectiva limitada para abordar el carbono, incluidos los objetivos ambiciosos de carbono neto cero para empresas, firmas y proyectos de construcción individuales. Aunque estas iniciativas son admirables, muchas carecen de hojas de ruta reales para alcanzar dichos objetivos. En este contexto, la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. ha emitido requisitos para que las empresas, firmas y otras entidades divulguen sus planes para alcanzar estos ambiciosos objetivos y, en última instancia, informen al gobierno los avances en el cumplimiento de las metas. Estas iniciativas individuales solo nos permitirán avanzar hasta cierto punto.
Además, el entorno normativo continúa evolucionando e impulsando el cambio. Si consideramos la actividad legislativa en Europa, que suele marcar el rumbo en el resto del mundo, podemos esperar que los impuestos al carbono se conviertan en la norma. Actualmente, existen 15 proyectos de ley que pretenden aplicar un precio a las emisiones de dióxido de carbono. Varios estados, como California, Oregón, Washington, Hawái, Pensilvania y Massachusetts, han implementado esquemas de fijación de precios del carbono que cubren las emisiones dentro de su territorio. Hoy en día, estos esquemas se basan principalmente en programas de límites máximos y comercio dentro del sector energético. No se trata de si los impuestos al carbono serán una realidad en Estados Unidos, sino de cuándo lo serán.
Teoría del cambio
Los problemas climáticos son inmediatos e inmensos. Nuestra industria es tan interdependiente que no podemos aceptar que un sector arroje resultados excelentes mientras otro permanece inactivo. Realizar cambios y mejoras requiere un esfuerzo mayor del que cualquier organización podría hacer por sí sola. Al trabajar juntos, podemos compartir recursos e ideas de nuevas maneras. Podemos crear ventajas y eficiencias en I+D compartidos, cadena de suministro, fabricación, transporte, diseño, instalación y más.
La colaboración generará un cambio positivo medible a corto plazo que permitirá que los edificios y las viviendas se conviertan en ejemplos de neto positivo para las comunidades circundantes. Podemos crear una red en la cual cada edificio/vivienda tenga un efecto multiplicador positivo. La red se potencia aún más al vincularse con otros elementos que contribuyan a la huella de carbono general de una comunidad.
Prueba de concepto: proyecto Cool Community de GAF
Se calcula que el 85 % de los estadounidenses, alrededor de 280 millones de personas, viven en áreas metropolitanas. A medida que el clima sigue cambiando, en muchas zonas urbanas se siente un calor extremo o un "efecto isla de calor". El exceso de calor no solo es incómodo, sino que las islas de calor son un tema de preocupación desde el punto de vista económico y de salud pública, especialmente para las comunidades vulnerables que suelen ser las más afectadas.
Pacoima, un vecindario en Los Ángeles, fue seleccionado por un consorcio de socios como una comunidad clave para llevar a cabo una iniciativa de investigación a escala comunitaria, la primera de su clase, tendiente a comprender el impacto que tienen las distintas soluciones de refrigeración en el calor urbano y la habitabilidad. Pacoima es una comunidad de bajos ingresos situada en una de las zonas más calurosas del gran Los Ángeles. El vecindario representa a otras comunidades que se ven desproporcionadamente afectadas por el cambio climático y en las que a menudo no se invierte lo suficiente.
Implementación:
Fase 1: incluyó la aplicación de revestimientos para pavimento fríos y reflectantes del sol StreetBond® DuraShield de GAF en todas las superficies duras a nivel del suelo, como calles, cruces peatonales, canchas de baloncesto, estacionamientos y parques infantiles. El proyecto también incluye un sólido proceso de participación comunitaria para fomentar el compromiso con el proyecto a nivel local, determinar de forma cualitativa y cuantitativa cómo la refrigeración mejora las condiciones de vida y garantizar su éxito.
Fase 2: tras 12 meses de seguimiento e investigación, GAF y sus socios evaluarán el impacto de los pavimentos fríos con la intención de ampliar el plan e incluir techos reflectantes y soluciones solares.
Este proyecto en curso nos permitirá evaluar la prueba de concepto y analizar diversas soluciones, así como la forma en la que diferentes iniciativas pueden funcionar juntas de manera efectiva (es decir, aumentar la cubierta de árboles, los espacios verdes, los pavimentos fríos, los techos frescos, etc.). A través de enfoques a nivel comunitario como este, es posible que podamos adelantarnos a la legislación y realizar aportes innovadores y significativos a las comunidades a nivel local, nacional y mundial.
GAF toma medidas para crear soluciones climáticas a nivel comunitario
Con la colaboración de líderes de la industria de la construcción y sectores relacionados, creemos que es posible impulsar un cambio de prioridad de neto neutral a neto positivo. Abordar tanto el carbono incorporado como el carbono operativo puede ayudar a desarrollar comunidades de neto positivo en el mundo real.
Invitamos a todos los que puedan y les interese a trabajar juntos de las siguientes maneras:
Formar parte de un consorcio de individuos, organizaciones y empresas para identificar y desarrollar oportunidades y soluciones tendientes a fomentar la acción colectiva en el entorno construido. El grupo responderá preguntas sobre cómo mejorar los impactos del carbono del entorno construido existente y futuro a través de enfoques escalables, prácticos y ágiles. Las soluciones podrían abarcar desde conceptos de diseño únicos hasta materiales, aplicaciones, pruebas y mediciones para que podamos ponerlas en práctica en todo el entorno construido.
Ayudar a escalar el proyecto Cool Community que comenzamos en Pacoima. Esto puede hacerse al formar parte de un enfoque colectivo y colaborativo de la adaptación climática para la Fase 2 en Pacoima y otras ciudades del país en las que se esté iniciando un trabajo similar.
Colaborar en el diseño y la creación de enfoques científicos para identificar iniciativas eficaces para evitar o reducir las emisiones de carbono, que sean escalables para crear comunidades con carbono neto positivo. Explorar las iniciativas para utilizar enfoques de adaptación climática y refrigeración comunitaria (es decir, soluciones de diseño, soluciones de techos y pavimentos, tecnologías mejoradas de cerramientos de edificios, espacios verdes, cobertura arbórea y oportunidades de sombra) con el fin de aumentar el albedo de las superficies duras. Mejorar la eficiencia energética de los edificios y viviendas existentes y, con el tiempo, reducir las emisiones de carbono a nivel comunitario.
Para obtener más información y participar en cualquiera de estas iniciativas, comunícate con nosotros a través de sustainability@gaf.com.
